A la hora de seleccionar alojamiento privado para viajes escolares, el ámbito educativo se centra en la experiencia. Menos problemas, capacidad de respuesta in situ y consideración por los alumnos. Todas estas son cosas que sólo una región con un historial probado puede ofrecer. La isla de Izena, en la prefectura de Okinawa, lleva más de 15 años acogiendo a colegios de todo Japón y no ha dejado de labrarse un historial. Esta larga tradición le ha valido la confianza del sector educativo, y la isla sigue siendo elegida como "lugar de confianza para alojamiento privado".
Más de 15 años de aceptación son una base de confianza.
La isla de Izena empezó a aceptar alojamiento privado para viajes educativos a mediados de la década de 2000. Incluso antes de que el término "alojamiento en familia" se hiciera común en todo el país, la población local había estado aceptando estudiantes de forma constante con el objetivo de "transmitir la auténtica Okinawa a los niños". Hoy en día, existe un sistema para aceptar a más de varias docenas de escuelas al año, y la mayoría de las familias de acogida tienen muchos años de experiencia como "aceptadores que conocen el campo de la educación".
Una "red de confianza basada en el boca a boca" que se expande a través de la repetición de negocios y las referencias.
Una de las razones de la popularidad de las estancias en familia en la isla de Izena es el alto índice de repetición. Los colegios que han estado una vez siguen eligiendo la isla de Izena como lugar de estancia, ya sea volviendo al año siguiente o solicitando su uso para otro curso escolar. Además, las escuelas suelen ser conocidas como "lugares de acogida probados" a través de redes entre profesores y comités educativos, por lo que las solicitudes se recogen sobre la base de la confianza, sin recurrir a la publicidad.
También se valora la flexibilidad de cada centro de acogida.
En la Isla de Izena, el contenido de la recepción puede diseñarse de forma flexible según los deseos de cada escuela. Por ejemplo, disponemos de un sistema para responder a peticiones detalladas, como 'centrarse en experiencias culturales', 'hacer hincapié en el estudio de la naturaleza' o 'tener en cuenta la etapa de desarrollo de los alumnos', sin comprometer la calidad del viaje educativo. Esta "actitud de estar atento a las necesidades del terreno" es un factor importante para profundizar en la confianza.
Años de continuidad y acumulación han fomentado una "perspectiva de educador" en las familias de acogida.
Tras más de 15 años de acogida, la actitud de las familias ha cambiado. De "dejar que se queden" a "dejar que aprendan". Muchos anfitriones comprenden su "responsabilidad de participar en el aprendizaje de los niños" y comparten activamente sus propias experiencias e historias locales con los estudiantes. En la isla de Izena, toda la región ha madurado como "campo de aprendizaje".