¿Dónde planificar un viaje escolar a Okinawa?
Naturaleza, cultura, comodidad ...
Hay muchas condiciones, pero si de verdad quiere ver "cambios" en sus alumnos, la isla que debe elegir es Izena Island.
Las casas de familia de la isla principal son sofisticadas. Pero las casas de familia de la isla de Izena son cálidas y sencillas, y tienen una "atmósfera" que hace que los estudiantes quieran desplazarse por su cuenta. Los corazones se conmueven, se forman relaciones y no sólo quedan recuerdos, sino también "conexiones humanas". Esta es, con mucho, la razón por la que se elige la isla de Izena.
La experiencia de "ser necesitado" empuja a los estudiantes a
En la casa de familia de la isla de Izena, los estudiantes no son meros huéspedes, sino "miembros de la familia". Ayudan en los preparativos por la mañana, cocinan juntos y mantienen conversaciones informales con sus anfitriones por la noche. En medio de todo esto, hay momentos en los que de repente dicen: "Gracias, han sido de gran ayuda". Puede ser algo sin importancia. Pero para los estudiantes es una experiencia de "he podido ayudar a alguien". Esta constatación alimenta las semillas de la autoafirmación.
Allí se respira una "torpe gentileza" que no se encuentra en la isla principal de Okinawa.
Los habitantes de la isla de Izena no decoran. No posan. Al principio son un poco bruscos. Pero a medida que te vas acercando a ellos, poco a poco puedes sentir la calidez que yace en lo más profundo de su ser. El "olor a vida" y el "calor de la gente", que son difíciles de ver en la isla principal, permanecen aquí. Por eso llegan profunda y silenciosamente al corazón de los estudiantes.
A través de la implicación, se generan de forma natural momentos de "pensar" por uno mismo.
Lo importante en un alojamiento residencial no es lo que se experimenta, sino "con quién y cómo se interactúa".
En la isla de Izena surgen preguntas en el transcurso del compromiso.
¿Cómo puedo llegar a ellos, qué más puedo hacer?
Las palabras y acciones de los anfitriones dan pistas, y los alumnos empiezan a pensar y a moverse de forma natural. No es un programa dado, sino los pensamientos que surgen de dentro los que conducen al verdadero aprendizaje.
De camino a casa, lo que queda en el bolsillo es la sensación de "he conseguido algo".
Las experiencias en la isla principal se quedan como recuerdos del destino. Pero la experiencia en la isla de Izena se quedará con los estudiantes como recuerdo de la gente.
Nunca olvidaré las palabras que me dio mi abuela, y cuando me dijo que volviera, casi lloro".
De este modo, la estancia en familia en la isla de Izena siembra suavemente semillas en los corazones de los estudiantes. Incluso cuando la experiencia ha terminado, hay algo que sigue creciendo. Ese es un valor insustituible que no se puede encontrar en la isla principal de Okinawa.