La estancia en familia en la isla de Izena es algo más que un viaje escolar. Es un momento para que el yo interior de los estudiantes se mueva".
Así lo afirmó un profesor que dirigió una excursión escolar a la isla de Izena.
Los alumnos cambian a los pocos días de estancia en la residencia. Un niño que normalmente es de pocas palabras habla por sí solo o llora cuando tiene que despedirse de su anfitrión. Cada uno de estos cambios deja una profunda huella en los profesores.
Este artículo le explica por qué una estancia privada en la isla de Izena puede ser un "momento especial", basándose en las voces de profesores y personal que han vivido realmente la zona.
No esperaba ver tanto cambio en las caras de los alumnos".
Una profesora no pudo ocultar su sorpresa ante el cambio que experimentaron sus alumnos tras pasar la noche en la isla de Izena.
Al principio tenía la cara agarrotada por los nervios, pero a la segunda noche ya me estaba riendo en casa de mi anfitrión".
La sensación de "tengo un lugar donde puedo sentirme seguro" cambia incluso la expresión facial de los estudiantes. El gran valor de la estancia en familia en la isla de Izena es que puedes ver cómo esto sucede delante de tus propios ojos.
'La forma en que se movía sola era inspiradora'.
En la isla de Izena, los estudiantes tendrán muchas oportunidades de "pensar y trabajar por su cuenta" gracias a la convivencia con sus anfitriones. Podrán hacer cosas como poner los platos, limpiar el jardín, ayudar a cocinar...
Todos ellos trabajaban por iniciativa propia, preguntándose si sería mejor hacer esto.
Un profesor dijo: "Los niños desarrollaron de forma natural la capacidad de implicarse por su cuenta, en lugar de ser dirigidos por el profesor para hacerlo."
'No esperaba que llorara tanto la mañana en que nos despedimos'.
La mañana de despedida del viaje escolar. Muchos profesores se emocionaron al ver a los alumnos llorando mientras se daban la mano con sus anfitriones.
Cuánto corazón a corazón tuvimos se condensó en ese momento".
Era un movimiento emocional que iba más allá de la mera diversión, como "prueba de haber entablado relaciones con la gente".
La propia profesora luchó por contener las lágrimas.
Creo que hay una esencia de la educación aquí en la isla".
Por último, las palabras de un profesor dejaron una impresión muy fuerte.
En la casa de familia de la isla de Izena, el aprendizaje no comienza con la enseñanza, sino con la participación.
El poder que no se puede alimentar con un plan de estudios se está creando de forma silenciosa pero segura. Fue un lugar que me recordó que "enfrentarse a la gente conmueve profundamente el corazón".
La estancia en familia en la isla de Izena es otro viaje inolvidable para los profesores.